Perder peso sin perder la salud

Enero ha llegado, y con él, las ganas de empezar de cero. Con los propósitos de Año Nuevo, muchos son los que se plantean empezar a cuidar un poquito más de su salud, y en algunos casos, también bajar de peso. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, tenemos a todo un conjunto de pseudoprofesionales, vendedores de humo, comerciales que se hacen pasar por sanitarios y charlatanes varios que pretenden, y consiguen (además con éxito) que muchas personas crean en "su método" para perder peso, paguen por él, lucrándose a costa de la salud de las personas que creen que están invirtiendo su dinero en algo bueno para su salud.

Pues nada más lejos de la realidad. Quemagrasas, saciantes, dietistas sin titulación y Herbalifes varios proliferan en Enero como si de la mala hierba se tratase. Sin embargo, no siempre es evidente para el usuario que está ante un producto o dieta milagro. En muchas ocasiones, estos productos y "profesionales" se disfrazan tan bien que solo un ojo experto podría reconocerlos.

SUPLEMENTOS PARA PERDER PESO
En general, son muy poco efectivos. Podemos clasificarlos en tres grupos: saciantes, quemagrasas o bloqueadores de grasa, y drenantes y diuréticos. Algunos de los principios activos con los que cuentan estos suplementos no tienen efectividad demostrada; otros sí, como es el caso de sustancias como Orlistat® (enzima inhibidora de la absorción de grasa), el glucomanano, la goma guar  (fibras vegetales) o el quitosano (polímero procedente del caparazón de los crustáceos). Todos ellos, son efectivos en una cierta dosis (según el Reglamento Europeo 432/2012), y aún así algunos de estos complementos no cuentan con la dosis adecuada del principio activo para que se produzca el efecto beneficioso.

Otras sustancias sin eficacia demostrada que incluyen muchos de estos suplementos son: la alcachofa, alcachofera, fucus o extractos, carnitina, extractos de piña, diente de león, vara de oro, cáscara sagrada, café verde o extractos, cafeína, extractos de garcinia, y un largo etcétera. 
No tiene ningún sentido hacer creer a una persona que puede terminar con sus problemas de peso consumiendo un producto encapsulado
Si embargo, ni siquiera el hecho de que esté demostrada su eficacia quiere decir que vaya ayudar a una persona a perder peso o a mantener el peso perdido. No tiene ningún sentido hacer creer a una persona que puede terminar con sus problemas de peso consumiendo un producto encapsulado. La obesidad es una enfermedad compleja que tiene que ver también con el comportamiento alimentario, no solo con lo que ingerimos y gastamos, e influyen en su aparición y tratamiento variables físicas, fisiológicas, psicológicas y sociales. Tratar el sobrepeso u obesidad con un suplemento dietético es pretender atajar el problema de una manera muy superficial y a corto plazo.

CÓMO IDENTIFICAR UNA DIETA MILAGRO
Puede parecer sencillo identificarlas, sin embargo, no siempre es fácil, ya que las personas que las promueven suelen ayudarse de un vocabulario pseudocientífico que puede resultar creíble para quien no es experto en el tema, además de utilizar otras herramientas de marketing (bata blanca para sugerir seguridad y confianza, atractivos eslóganes, diseño de producto, etc). No obstante, podemos resumir las características comunes de este tipo de dietas:
  • No solo se encuentran en internet, revistas o libros, también puede pautarlas alguien en un establecimiento.
  • Prometen resultados asombrosos en poco tiempo
  • Prohíben o restringen el consumo de un alimento o grupo de alimentos (ej. prohibición de fruta o ciertos tipos de fruta, pasta, patata, pan o hidratos de carbono en general, etc)
  • Exageran o distorsionan las propiedades de un nutriente o alimento en concreto (ej. dieta de la alcachofa, de la piña, dietas hiperproteicas, dietas detox o purificante, dietas "de choque", etc)
  • Permiten o restringen el consumo de alimentos en función de la hora del día 
  • Normalmente, no está pautada por un dietista-nutricionista, sino por una persona sin esa titulación
  • Junto con la dieta, se recomienda u obliga el consumo de suplementos o preparados herbodietéticos que vende la misma persona o empresa que está pautando el tratamiento

IDENTIFICAR AL PROFESIONAL ADECUADO
Dentro de este mundo de la nutrición y la alimentación nos podemos encontrar con múltiples perfiles de persona que pauta dietas: 

👍Dietistas-nutricionistas (graduados o diplomados)
👍Técnicos superiores de dietética (dietistas)
👎Personas con otra titulación diferente a la de dietista-nutricionista (o sin titulación) que han realizado algún máster, especialización o cursillo de "nutrición y/o dietética"
👎Coach nutricional: puede ser dietista-nutricionista titulado o no
👎Otros: monitores de gimnasio que pautan dietas, personas sin titulación que realizan dietas en herbolarios o farmacias, vendedores de productos o suplementos dietéticos, software online y apps diversas que programan menús semanales, etc

De la lista, solo los dos primeros profesionales ofrecen garantía de profesionalidad y calidad. Respecto al resto, debemos desconfiar de su supuesta profesionalidad y formación en materia de salud, alimentación, nutrición y dietética. Siempre que tengas dudas, exige la titulación.



DIETISTA-NUTRICIONISTA SÍ, ¿PERO CÓMO TRABAJA?
Me sabe mal decir que algunos compañeros de profesión se ven en muchas ocasiones obligados o presionados para trabajar de una determinada manera, sobre todo en el caso de aquellos que trabajan por cuenta ajena. 

Es una realidad que en nuestra sociedad actual prima más la rentabilidad económica que el bienestar físico y mental de las personas. Por ejemplo, a muchos dietistas-nutricionistas se les exige en sus puestos de trabajo vender algún producto o suplemento herbodietético que deje un gran margen de beneficios, o maximizar su número de pacientes en detrimento de la calidad de la atención que se da a cada uno de ellos. Para ciertas empresas privadas, las personas no son personas, solo "números", y sus empleados también. Podría ser el caso de ciertas empresas farmacéuticas, herbolarios o cadenas de clínicas privadas que solo buscan el beneficio económico. Con esto no quiero decir que en todas ellas se incumpla el Código Deontológico y ético al que estamos adscritos los profesionales sanitarios, sino que habrá que analizar muy bien en manos de quién ponemos nuestra salud.

Para ello, será conveniente pedir la titulación al profesional sanitario, saber si está o no colegiado (los dietistas-nutricionistas colegiados nos comprometemos a cumplir nuestro Código Deontológico) y si su establecimiento está dado de alta en el registro sanitario. Estas tres cosas pueden ser garantía de que estamos en buenas manos.

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