Aliméntate con coherencia en Navidad

La Navidad es una época del año en la que tradicionalmente se consumen alimentos más calóricos y preparaciones culinarias más contundentes, se bebe más alcohol y se descuidan ciertos hábitos saludables. El año pasado planteamos en este mismo blog 10 pautas generales para cuidar la alimentación durante las Navidades. Sin embargo, estaba pensando que debería añadir que tan importante es lo que comemos como cómo lo comemos. Añadiría que, en Navidad, deberíamos alimentarnos con coherencia.

No solamente consiste en procurar planificar la compra y no adquirir más de lo necesario, cocinar lo que se vaya a consumir o introducir platos de verdura y frutas en los menús (pautas de las que hablábamos en la ya mencionada entrada), sino también de no perder el norte cuando llega la Navidad: no se trata de dar "pista libre" a todo lo que comemos, sin ningún tipo de mesura, teniendo que recurrir a los antiácidos para poder aguantar el tirón, ni de sufrir o torturarse mentalmente pensando en lo "poco saludable" que sea lo que estamos comiendo o en lo que vamos a engordar durante este período. 

NAVIDAD SIN MESURA
Esta se caracteriza por ser una "época de abundancia", y nos lucimos decorando la casa y agasajando con el menú a nuestros invitados. Sin embargo, en ciertos casos se puede llegar a rozar la exageración, ya que parece ser una época en la que está permitido, incluso bien visto, comer sin controlar la cantidad de lo que se come, comer por comer, sin hambre, rápido y masticando poco, finalizar el menú y continuar por unos dulces exageradamente azucarados (sobre todo los industriales), consumir ingentes cantidades de bebidas alcohólicas o bebidas azucaradas, etc. Y no solamente hay que contar con las grandes comidas familiares, sino también con otros compromisos como cenas de empresa, salidas con amigos o familia a restaurantes o bares en los que continuar con una alimentación exageradamente abundante, calórica y poco sana. ¿Qué planteamos como solución?

Lo primero, parar un poco el carro y ser conscientes de lo que estamos haciendo, y sobre todo, de hacia dónde estamos llevando a nuestro cuerpo. ¿Realmente es necesario? ¿Necesitamos toda esa gran cantidad de alimentos y/o bebidas alcohólicas para disfrutar de las fiestas y pasarlo bien? Seguro que podemos encontrar ciertas alternativas más saludables para intercalar con otros platos más contundentes. En lo que respecta a bares y restaurantes, instaría a sus dueños y chefs a introducir en sus menús deliciosos platos a base de fruta y/o verduras (que de verdad existen): no todo tienen por qué ser salsas grasas, napados, escabeches o fritos.

NAVIDAD CON RESTRICCIONES
Veamos el otro extremo... Tampoco se trata de sufrir cada vez que venga un nuevo plato del menú a la mesa, o de ver la bandeja de postres o dulces Navideños con recelo o temor, incluso culpabilidad, o incluso de dejar de salir a comer o cenar con amigos, familia o compañeros de trabajo por miedo a engordar. Se trata también de disfrutar de los alimentos propios de esta época y de la compañía y el ambiente propio de estas comidas y cenas, pero sin perder el control de lo que se come. Se trata pues, de disfrutar de una manera consciente y responsable. Ya no solo por una cuestión de peso, sino también de salud (dolor de estómago, acidez o pesadez, riesgo asociado al consumo de alcohol, presencia de ciertas enfermedades, etc). 

Sin embargo, una minuciosa atención a todo lo que se come puede llevarnos a obsesionarnos con la idea de "lo saludable", causándonos incluso más ansiedad y preocupación. Está claro que en esta época vamos a comer alimentos o preparaciones más contundentes y también algunos dulces, pero ello no tiene por qué afligirnos o agobiarnos. La clave es ir trabajando la alimentación consciente, no solamente en Navidad, sino a lo largo de todo el año, y tener en cuenta que, si estamos en un proceso de cambio de hábitos, lo normal será integrar esos nuevos hábitos saludables desde la flexibilidad en nuestro estilo de vida. De poco nos sirve privarnos en Navidad u otras celebraciones si ello nos va a causar más ansiedad: puede que esa excesiva restricción nos lleve más adelante a un período de - rienda suelta - en el que nos rebelemos contra nuestra propia imposición de "no pasarnos" y acabemos haciendo todo lo contrario: comer sin control.


6 CONSEJOS PARA UNA NAVIDAD MÁS COHERENTE
Hemos visto los dos extremos de la alimentación - sin coherencia - durante la Navidad. Por tanto, ¿qué podemos decir a modo de resumen o qué consejos planteamos como solución?
  1. Durante todo el año pero también en Navidad, come de una manera consciente: pon la atención en el plato y no comas por comer. Disfruta de la comida propia de estas fechas pero sin perder el control de lo que estás haciendo.
  2. Si te encargas tú de elaborar ciertos menús navideños, quizá sea el momento de introducir algún cambio (puedes ver aquí algunas recetas ligeras y deliciosas para Navidad).
  3. Si tú no te encargas del menú de Navidad, puedes preguntarle a la persona que lo hará qué menú tiene pensado, y desde una actitud positiva, puedes proponer alguna idea o cambio (si fuera necesario). O bien agasaja tú al anfitrión con alguna preparación saludable que lleves preparada (pregunta con antelación).
  4. Apuesta por dulces de Navidad artesanos y DE CALIDAD: no escatimes en gastos en dulces de Navidad; si lo haces, llevarás a casa los más azucarados y con más aditivos de todo el mercado  (será el caso de turrones, mazapanes, polvorones, mantecados, chocolates, etc).
  5. Si te encargas de elegir los menús para tu empresa/familia/grupo de amigos en un bar o restaurante, hazles un favor y busca el establecimiento que te ofrezca un menú más equilibrado, menos contundente, incluyendo fruta y verdura en el menú, elaborado con materias primas de calidad y sin abusar de fritos, salsas o embutidos. Piensa también en si alguien es vegetariano/vegano o tiene intolerancias o alergias alimentarias.
  6. No efectúes compensaciones: no ayunes ni pongas en práctica productos milagro tipo detox o saciantes, que no llevan a ningún sitio. En todo caso, realiza algo más de ejercicio físico. 

Una pequeña pieza puede cambiar el sentido en que gira un engranaje
Una persona que comienza un proceso de cambio de hábitos tiene el poder de influenciar positivamente a su entorno (familia o grupo social). Esto quiere decir que, si tú te estás planteando cambiar de hábitos de alimentación (en Navidad, o a lo largo del resto del año), es muy probable que no seas el único que ya se lo haya planteado, o bien que tu ejemplo pueda servir para llamar al cambio a otras personas de tu entorno. Animo a todas las personas a compartir y disfrutar estas fechas con sus familiares y amigos de una manera más coherente y consciente.

¡Feliz Navidad y Próspero 2020!

_______
Copyright 2020. El Blog de Claudia©. Todos los derechos reservados.

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo Claudia, en el equilibrio está el éxito, no debemos comer estos días como si no hubiera un mañana pero alguna cosita si es inevitable.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto! Es inevitable e incluso recomendable disfrutar de los alimentos propios de la época, pero hacerlo desde la coherencia. Gracias por leer y comentar! Un saludo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Interacciones fármaco - alimento

El engaño de la avena

5 Cenas rápidas y saludables

Galletas vs. Bollería industrial. ¿Cuál es más sana?

5 Desayunos rápidos y saludables